Webern llevó los presupuestos de Schoenberg al más alto rigor y sobre él se construirán las segundas vanguardias del siglo XX, después de la 2ª Guerra Mundial. Las características que más interesarían a Boulez y sus continuadores serian la austeridad (recursos muy limitados que obligan al oyente a prestar atención a cada detalle) y una concisión extrema en la que todo elemento resulta imprescindible. Boulez seria su gran sucesor y un gran impulsor de su obra. Ya Weber anticipaba, en el comienzo de sus piezas, secuencias ordenadas de 12 sonidos, antes de la aparición del sistema dodecafónico.
Después de un primer intento de objetivación del lenguaje dodecafónico, se inicia un camino al formalismo con Messiaen y sus "Cuatro estudios rítmicos para piano"; uno de ellos: "Modo de valores e intensidades" es la obra que en Europa será el punto de partida del serialismo integral (series no sólo de sonidos sino también de duraciones, intensidades y ataques).
Al amparo de los estudios mencionados, sobre todo el que acabáis de escuchar si os habéis atrevido, Boulez escribe sus "Estructuras" para dos pianos. Muy influido por su formación matemática, utiliza matrices para los sonidos, las intensidades y los ataques. Es una obra que consta de dos libros, el 2º de ellos es más flexible, pero el primero (1951-52) es tan riguroso que es el ejemplo más extremo de hiperformalización de la música europea hasta ese momento. Consta de tres partes, la primera muy relacionada con "Al limite del país fértil", aunque ya la estaba componiendo cuando descubrió la obra de Klee. Es un cuadro con estratos que se subdividen en divisiones binarias y con cierta serialización que fascinó a Boulez para establecer una vinculación con su composición:
Volviendo a la obra de Boulez que podéis escuchar aquí, apreciamos que faltan elementos para seguir el discurso y esto obliga al oyente a que sea él mismo quien descubra la organización formal para no perderse. A mediados del siglo XX se reivindica ese papel más activo del espectador y, lógicamente, cada persona encontrará propuestas diferentes. Así un cuadro, una palabra, una música tendrá miradas, significaciones y escuchas muy distintas. Y surgen las preguntas del millón: ¿Qué es arte? ¿Qué es un artista?... En el caso del sistema compositivo de Boulez, ¿hasta qué punto una formalización tan férrea deja espacio a la sensibilidad creadora?
Los procedimientos de Boulez serán más flexibles a partir de "Le marteau sans maître", composición en la que contará con los poemas de René Char.
LA LUJURIA
El águila ve como se borran gradualmente
las huellas de la memoria helada La extensión de la soledad hace apenas visible la presa que huye A través de cada una de las regiones Donde uno mata donde a uno lo matan libremente Presa insensible Proyectada indistintamente Más acá del deseo y más allá de la muerte
El soñador embalsamado en su camisa de fuerza Rodeado de utensilios efímeros Figuras que se desvanecen apenas formadas Su revolución celebra la apoteosis de la vida que declina La desaparición progresiva de las partes lamidas La caída de los torrentes en la opacidad de las tumbas Los sudores y malestares que anuncian el fuego central Y finalmente el universo con todo su pecho atlético Necrópolis fluvial Después del diluvio de los rabdomantes
Ese fanático de las nubes Tiene el poder sobrenatural De desplazar a considerables distancias Los paisajes habituales De romper la armonía acumulada De tomar irreconocibles los lugares fúnebres Al día siguiente de los homicidios provechosos Sin que la conciencia originaria Se cubra con el deslizamiento purificador del suelo.
Me despido con una frase de Klee que no sólo fue pintor y músico, también poeta: "Mi espejo mira hacia el interior. Las palabras las escribo en la frente y alrededor de las esquinas de la boca. Mis rostros humanos son más ciertos que los reales".