Paseo por valles,
montañas,
por los senderos
que salen a mi encuentro.
De repente,
un relámpago me avisa
de una tormenta inminente.
Al cobijo de un árbol,
diviso una cueva en la que me refugio
hasta que llega la calma.
Pienso en la quietud y el movimiento,
en las fuerzas contrapuestas,
el yin y el yan.
Salgo con la sensación de estar en la luna
y, descubriendo un oasis,
remanso de paz,
sigo por un desierto
de dunas infinitas.
Llego a una playa
donde puedo contemplar la magnitud del mar:
la inmensidad de la belleza de tu piel.
Fotografías: Manu Rocas.
Texto: Nuria Castellanos.
D Arte Sano movió esta exposición por diferentes locales. Una pequeña muestra, aunque sentimos que sea incompleta:
Muchas gracias a todos por la colaboración.
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