No quiero parecer muy tremenda. Tampoco quiero decir que la dación en pago no parece ser para todo el mundo (ignoro la razón y disculpad mi ignorancia). Tampoco quiero decir nada respecto a los abusivos recibos de la luz o de la calefacción con los que todos estamos flipando (a ver estudiado economía o aprende a hacer cuentas, bonita). Ni que la gente se este quedando sin trabajo o con un trabajo reducido a la mínima expresión (si hay suerte). Ni que la justicia sea diferente según te llames (tener un nombre no es sinónimo de ser persona, parece ser). Ni que si caes enfermo de gravedad o tienes algún tipo de discapacidad, "quieren" que te mueras lo más pronto posible (qué vas a esperar si no tienes posibles... ¿que el estado te mantenga por vago, por tonto, por inútil...? Algo malo habrás hecho para merecerlo). Ni que la Declaración de Derechos Humanos, ni siquiera la Constitución, ni tantas reuniones de expertos, súper súper, ni sus estudios y acuerdos sobre desarrollo sostenible, educación para todos, contra el hambre en el mundo y muchos etcéteras no sirvan para nada (bueno, sirven para que unos cuantos se peguen unos viajes de p.m. y cubrir las apariencias de que, efectivamente, hay un interés internacional para mejorar la calidad de vida de los habitantes de un planeta al que le queda bien poco como sigamos así). Y aunque he dicho parte de lo que no quería decir (pero que pienso) y porque así no parece conseguirse nada y porque prefiero ahorrar una energía necesaria para sobrevivir (lo de vivir se va a convertir en un lujo), lo mejor va a ser aprender a vivir en la calle (literalmente) por lo que pueda suceder. Pero que la música nos acompañe (la prefiero como religión ante la intolerancia).
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